NIÑO DE LAS CAVERNAS. Autor: José Mª Romo
NIÑO DE LAS CAVERNAS
El rugir de las tripas pregonaba hambre.
No siento frío.
La necesidad de comer lo tapa todo.
Estoy sentado a la entrada.
Aunque en el fondo estaría más resguardado, prefiero ser de los primeros en ver si llegan.
Un despiste puede dejarme relegado, aunque por mi condición tengo prioridad.
Dentro de unos cientos de años lo llamarán salida del espacio de confort.
Imagino -para estar preparado- a dónde ir primero. Qué parte es la más accesible; cuál la más sabrosa y cuál la menos disputada.
A pesar de todo … habrá que empujar con los codos.
Dentro de unos cientos de años lo llamarán actitud competitiva.
Con amargura recuerdo alguna ocasión en la que me vi desplazado.
Y lo peor es no saber cuándo llegará una nueva oportunidad.
Hasta que ocurra, desaparecerán los juegos y aumentará la compasión de una madre a la que ya se le retiró la leche hace cinco meses.
Pero la compasión no acalla las tripas.
Dentro de unos cientos de años lo llamarán resignación.
Esta espera no es serena.
La ansiedad hace que mantenga mis músculos dispuestos a saltar con rapidez. Ni el frío -que es intenso- entumece mis rodillas y codos.
Dentro de unos cientos de años lo llamarán trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Se me está haciendo lenta y desconcertante la espera. Creo que si hubiera sido una expedición fructuosa, a estas horas -cinco días más tarde de la partida- ya estaría de vuelta.
El temor me da flojera. Hace que abandone … quizás para tener menos expectativas y aceptar mejor el fracaso si acabara confirmándose.
Dentro de unos cientos de años lo llamarán resignación.
Pero … ¡ no ¡
No puede permitirse sucumbir al desánimo un niño neanderthal, de poco más de tres años.
Seguiré estando alerta para ser el primero en saltar sobre el cadáver del cervatillo que los hombres del clan traigan, atravesado por una lanza y rodeado de una nube de moscas que dan buena cuenta de la sangre seca.
Dentro de unos cientos de años hablarán de fecha de caducidad y de psicología positiva.
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