CUALQUIER FINAL ES UN VERANO (RAY LORIGA)
RAY LORIGA
Nacido en 1967
Es escritor,
guionista y director de cine.
Debutó como
escritor con la novela “lo peor de todo” en 1992. Tuvo gran éxito de público y
crítica.
Se publicó a lo
largo de toda Europa y sirve de ejemplo a la literatura de la generación X.
En esta literatura de la “Generación
X”, también llamada novela neorrealista, los protagonistas carecen de valores,
se mueven por el mundo de las drogas, el alcohol, el sexo y -por supuesto-
escuchan todos los estilos del rock.
En su mayoría
hallamos un narrador en primera persona y la utilización de vulgarismos y
coloquialismos, abundancia de diálogos
Lo que definió
a la «Generación X» fue el rechazo a la violencia estructural (institucional)
por parte de una juventud heredera de los postulados de mayo del 68 y del
descrédito de la política de bloques.
La publicación,
el 15 de marzo de 1991, del libro Generación
X, de
Douglas Coupland,
marcó a toda una generación de escritores
tanto dentro como fuera de España.
A pesar de que
pueda parecer lejana, aún queda mucho de toda esa «Generación X».
Sus
personajes reflejan la vida y el pensamiento de unos jóvenes que no conocieron la guerra y que se criaron en el
auge del consumismo. Se trata de los niños de la sociedad del bienestar,
descendientes de los que habían intentado cambiar el mundo en los años 60,
refugiados ahora en el cinismo y el hedonismo. No querían cambiar el mundo,
solo que los dejasen en paz, ya que no creían en el sistema. Todos ellos
desconfiaban de las ideologías y las religiones e, incluso, miraban con recelo
las corrientes artísticas y filosóficas del momento.
Esta literatura adoptada por jóvenes
norteamericanos fraguó en España unos años más tarde, alrededor de mediados de
los 90.
La década de los 80 en España había sido
espléndida en libertades y nos había permitido asimilar muchas de las
tendencias venidas de fuera que el franquismo nos había hurtado en su momento.
Esta época es, por tanto, bastante fructífera en el ámbito artístico, ya que se
produce una gran transformación en todas las artes y una extraordinaria
aportación en las infraestructuras culturales de nuestro país.
Algunas
de las peculiaridades que definen la escritura de la Next Generation arraigan
en un grupo de autores nacionales nacidos a finales de los sesenta y principios
de los setenta que van a compartir una mirada semejante acerca de la realidad y
que van a entender la literatura de manera similar. Estos autores pretenden
alejarse de sus antecesores, no quieren que los corsés lingüísticos limiten sus
creaciones y, sobre todo, desmitifican el trabajo del escritor.
De esta
generación destacan:
Ängel Mañas, cuyo
planteamiento se resume en su frase “no estábamos pidiendo permiso para entrar,
estábamos derribando la puerta”.
Juan Bonilla. Aunque su literatura difiere bastante de la de estos
escritores, un análisis atento de los temas que trata y de las técnicas
narrativas que utiliza revela estrategias concretas compartidas por
todos.
Lucía Etxebarría. Es una de las escritoras más representativa de esta
nueva tendencia. Entre sus novelas, destacamos Amor, curiosidad, prozac y dudas (1997)
y Beatriz y los cuerpos
celestes (1998, Premio Nadal).
Pedro Maestre. Con su segunda
novela, Matando
dinosaurios con tirachinas, obtuvo el Premio Nadal en 1996.
Marta Sanz. Publicó su primera novela, El frío, en 1995. En este libro, Marta
intentaba descubrir maneras de contar la violencia ejercida sobre el cuerpo de
las mujeres.
Ray Loriga. Es otro de los iconos de esta generación. Tanto Mañas
como él fueron probablemente los escritores que mejor definieron el estilo
literario de esa época y los que incorporaron a su literatura esa especie de
realismo punk y urbano. Desde la publicación de sus primeras novelas, Lo peor de todo (1992)
y Héroes (1993),
Ray ha continuado escribiendo con cierta regularidad novelas, libros de relatos
y guiones cinematográficos. En el 2017 alcanzó un gran reconocimiento de
crítica y lectores al ganar un premio tan prestigioso como el Alfaguara con la
novela Rendición.
Esta obra se presentaba bajo la forma de una distopía situada de forma
indefinida en un país del este de Europa en donde la población sufre por el
abuso de poder y la manipulación colectiva. Ray continúa siendo un escritor
transgresor, de los más singulares de nuestras letras, que se plantea nuevos
desafíos técnicos con cada nuevo libro. En su
novela, Cualquier
verano es un final, y él mismo nos habla de su momento vital tras
la operación a vida o muerte para extirparle un tumor cerebral.
SESIÓN DEL DÍA 2-MAYO.2024
ASISTENTES: Manuel, Eliseo, Begoña, Marian y José Mª
La obra sometida a análisis recibe muchas desaprobaciones en el fondo y en la forma: no tiene un guión que ayude a la lectura; aborda la sexualidad sin nitidez y frivoliza sobre la eutanasia.
Alguno de los asistentes ha renunciado a una lectura completa de la obra, por considerarla un esfuerzo que no valía la pena.
Minoritariamente se valora la obra como de lectura áspera, disruptiva y desconcertante ... pero valorable, justamente por ser una ventana a un estilo distinto y más coherentes -seguramente- con personalidades de las denominadas generaciones X e Y.
Se destaca la forma en la que se desdramatiza la muerte, huyendo del ocultismo al que se la ha sometido en la época actual.
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